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Urmeneteando

Por Sanjuaneando.com · Soria

20 marzo, 2017 11:58 CET · Yo sanjuaneo comentarios

El universo Urmeneta & cía. llegó a mi pequeño mundo de casiveinteañero allá por los años 90. Entonces, no sabía de quién era esa camiseta que vestía mi amigo Jaime, con un rollo diferente a lo que se llevaba por aquellos años de grunge, Ruta del Bakalao y kalimotxo. Una maraña ordenada de personajes de la mitología vasca apenas dejaba espacio en blanco en la pechera de la camiseta. Detrás, en la espalda, en el lugar en el que nos hemos acostumbrado a ver una marca, una especie de garabato despeinado y una entelequia cacofónica de K, U y X que formaba un nombre impronunciable a la primera. No recuerdo si aquel dibujo lo firmaba el padre de la criatura al que ahora le han devorado a sus vástagos de tinta. Aunque recuerdo perfectamente el momento. Ahí fue cuando Mikel Urmeneta me abdujo, y como a mucha gente, su pulga nos dio un morreo que nos dejó con ganas de más.

Desde entonces, se sumé a la lista de acólitos de Mikel Urmeneta y sus idas de olla en forma de vacas, ovejas, niuyor y resto de universo pegado a un trozo de tela.

Hay quién se preguntará que a qué viene esto en una web que, se supone, trata sobre las Fiestas de San Juan de Soria. En realidad esta es una respuesta a un par de cuestiones en ese sentido que recibí por redes sociales: «¿Por qué desde Sanjuaneando.com te ha dado por ponerte al lado del Urmeneta?». Los que conocen un poco de los 10 años de historia de esta web, imagino que saben por dónde van los tiros. Al igual que ministro en Las Vegas, mi revelación urmenetera me condujo por caminos ignotos.

Un buen día en la Facultad de Filosofía de Zaragoza, no recuerdo año ni porqué, en lugar de estar en clase de Biblioteconomía, pasaba el rato delante de Netscape. Navegando llegué a una página web que con el tiempo me llevaría por lugares que jamás imaginé: Sanfermin.com (sí, San Fermín). Detrás, el hacedor de pelo alborotado. Según iba navegando me preguntaba las razones por las que los Sanjuanes no tenían algo así. Me aprendí la web casi de memoria. Me la bebí. Imaginaba un sitio web como ese en Soria. Se encendió el runrun. Desde entonces, un gusanillo recorrería mi sesera hasta que un día de junio de 2006 decidí que daría el paso, pequeño, tímido, sin recursos, de meter entre etiquetas HTML las Fiestas de San Juan. Y desde estonces, sigo chapoteando en el barro por culpa de un toro azul de huevos colganderos.

Negar que el universo de Mikel Urmeneta inspiró e influyó en los orígenes y trayectoria de Sanjuaneando.com, sería renegar de esos mismos orígenes. Tanto Kukuxumusu como Sanfermin.com me enseñaron a contar San Juan de otra manera, me ayudaron a entender y a utilizar las redes sociales para crear este microuniverso sanjuanero.

Y en gran medida, me siento en deuda con todo lo que un pequeño beso de pulga terminó siendo para mi.

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