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Toros, vino y sol. Un trío imprescindible

Por Sanjuaneando.com · Soria

16 enero, 2013 17:45 CET · Los protagonistas comentarios
Vino

Toros, vino y sol. Estos tres elementos, tópicos para muchos, son los que conforman el simbolismo de los Sanjuanes. Según estudiosos y expertos, las Fiestas de San Juan tienen un origen pagano, seguramente celta. En el germen de lo que hoy son las fiestas, los antiguos pobladores de esta zona de Soria, celebraban la llegada del verano, es decir, el solsticio. La figura del toro representaba al sol, divinidad máxima de esas culturas. De esos polvos estos lodos. Hoy, después de tantos siglos, los Sanjuanes siguen teniendo su punto pagano, ya que todo el simbolismo religioso que se ha ido añadiendo a lo largo de la Historia no han echo cambiar la esencia probable de la Fiestas, celebrar la llegada del verano con el sacrificio del tótem, el toro. La iglesia, ha ido a lo largo del tiempo intentando cristianizar las Fiestas. Primero vinculándolas a la celebración del nacimiento de Juan Bautista, luego añadiendo santos, colocando a la virgen de la Blanca como patrona de las fiestas, imponiendo procesiones en la posguerra, e incluso, intentando prohibir la celebración de las mismas. La verdad que todo fue levemente en vano ya que si de algo carecen los Sanjuanes es de fervor religioso y sí de mucho desenfreno.

Toros (doce)

El toro es el eje principal. Sin la figura de este animal, del tótem pagano, las Fiestas de San Juan no serían lo que hoy son. Hay doce toros (veinticuatro en realidad debido a la reglamentación taurina), pero a principios de siglo XX aún había dieciséis (tantos como Cuadrillas). Al igual que cada Cuadrilla tiene un santo titular que le da nombre, tiene un toro que compra, lleva a Soria, lo sacrifica en la plaza de toros, lo reparte en tajadas a los vecinos y en puja al resto de sanjuaneros. El toro está presente durante todas las Fiestas: en la Saca, el Viernes, en los Agés, por la mañana en tajadas y por la tarde en las subastas, en las Calderas  e incluso en las meriendas de las Bailas junto al río Duero.

Hasta 1908, los toros de cada Cuadrilla se enmaromaban y recorrían las calles del barrio en la madrugada del Viernes al Sábado. A partir de ese año, tras su prohibición, los toros dejaron de correr por las calles de la ciudad. Unos años más tarde, en los Sanjuanes de 1947 y 1948 se intentó recuperar esta tradición centenaria, pero no sin demasiado éxito.

Hasta los años 30 del siglo XX, los toros sanjuaneros se criaban en las ganaderías bravas de Valonsadero. Hoy, llegan al monte Valonsadero en el festejo del Desencajonamiento y se guardan en la pradera de Cañada Honda hasta el Jueves la Saca. Son los protagonistas del Lavalenguas, Compra y Saca.

Toros de San Juan

Vino

El vino. El que hace catarsis, el que hace que todo se vuelva divertido, diferente, irreverente, osado,… Nos acerca a Baco y hace que durante cinco días nos quitemos los viejos trapos y volvamos a la esencia de nosotros mismos. En bota, de la misma garrafa, en kalimotxo, no falta, no deja camiseta ni pañuelo limpios. Anima el Catapán o los Agés, ayudando a los subastadores a que más de uno pierda el sentido común y gaste a tontas y locas. A pesar de su casi desaparición, no hay cosa más sanjuanera que alguien te ofrezca un trago de vino de su bota. La cerveza le hace feroz competencia, pero sin vino nada de esto sería lo mismo.

Sol

En realidad, lo que estamos celebrando es la llegada del verano, el fin de los largos días de invierno, es decir, el solsticio de verano. Hay estudiosos que mantienen que los Sanjuanes de hoy tiene su origen en ritos celtas relacionados con llegada del verano. En Soria es fácil que el sol se vuelva esquivo, pero normalmente brilla y alegra las fiestas. No hay símbolo de Cuadrilla, bota de vino o Caldera en la que el sol no esté representado.

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