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El Catapán para forasteros

Por Sanjuaneando.com · Soria

29 abril, 2016 8:36 CET · Humor comentarios
Catapán
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Capítulo 1

El Catapán es el día con el que los sorianos dan por iniciados los previos a sus fiestas de San Juan, que son como las de tu pueblo pero como si se fuera a acabar el mundo (y el vino) mañana. No hay violaciones y saqueos porque somos gente civilizada pero por lo demás es igualito al armagedon.

A lo mejor te parece que en tu tierra bebéis mucho y que sois los más diestros a la hora de hacer foigrass con vuestro propio hígado, pero lo de los sorianos es la champion league. La frase “Pues en mi pueblo si que bebemos mucho”, dicha así con aire desafiante y  pronunciada el alto en el Catapán, ha generado más viudas que decir al presidente de los Estados Unidos “Tenemos petróleo para enterraros a ti y a toda tu familia”.

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La fiesta empieza a eso de las seis de la tarde, que es la hora buena, porque antes hay que cumplir en casa. Por lo visto también es el día de la madre y hay que tener contenta a la que te va a sujetar la frente y dar agüita en la nuca mientras llamas a tu amigo Braulio delante de la taza del váter cuando llegues a casa.

Primero está la parte en la que los señores que han organizado el cotarro el año anterior, dan la bienvenida y entregan el bastón de mando a unos incautos a los que el alcalde ha liado una semana antes llevandoselos de cañas y convenciendoles de que “Esto está to pagao”, que va a ser más bonito que casar a una hija/o fea/o y que es como Disneylandia pero con sol, vino y toros. Además los vecinos aprueban las cuentas y dicen si van a querer fiestas, así todos en grito como los espartanos de 300. Suele salir que sí, porque si no se guarda el vino y cada uno pa’ su casa, y tampoco es plan una vez que te has emperifollao y puesto ya al lío.

Acto seguido empieza la fiesta buena buena de verdad, que consiste en probar el vino, el queso, el pan y el bacalao de cada local (doce en total repartidos por toda la ciudad). Aunque hay más cosas para catar, la fiesta se llama “catapán” porque “cogemierdas” quedaba muy evidente. Puedes ir sin dinero porque el alcalde ha dicho que “está to pagao”, así que no montes una escenita en plan “¿Qué pasa, que mi dinero no vale?”. Eso sí, ve también sin sed y con un Almax para el día siguiente.

Si tienes más de ochenta años puedes llevarte un tupper de casa y llenarlo de cosas cuando los de las cuadrillas no miren, y así te haces al día siguiente unos garbancitos con bacalao. Si además de toda la comida se repartiera también sintrom, los yayos tenían ya el mes hecho. Esta tradición está un poco mal vista, pero lo peta entre el sector octogenario que al día siguiente queda a la salida de misa para comentar la jugada.

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Para el resto de las edades lo que arrasa es el vino dulce en bota, que es mejor que la copa de cristal porque es como mejor se aprecian los matices. El vino es tinto, dulce en boca e intenso en camiseta. Mejor que te lleves la camiseta de “estuve en torrevieja y me acordé de ti” que te trajo tu tía (la que te pincha cuando besa) de sus vacaciones, porque vas a acabar de morapio hasta las orejas, y así la lentejuela y el cuello cisne no luce tanto.

Como te hemos dicho, locales (aka cuadrillas) hay doce, uno por cada barrio que hace fiestas, pero recorrerlos todos no lo hace ni Massiel en sus buenos tiempos, así que tómatelo con calma y disfruta hasta la tercera cuadrilla que visites, luego ya trata de sobrevivir.

La parte buena de todo esto es que es, con mucha diferencia, el día con más posibilidades de darle una alegría al toto de todas las fiestas sorianas. La parte mala es que puedes amanecer con un/a dios/a o con un cranko salvaje que asusta al coco. Si es con un/a dios/a el cranko salvaje eres tú.

Consejo: disfruta y respeta la fiesta. Los sorianos/as somos gente abierta y acogedora pero tenemos ese carácter que ríete tu de la regla de la niña del exorcista, y si nos mientas la madre te miramos raro pero si nos tocas las fiestas a lo mejor te arremangamos una hostia que hasta tus futuros hijos te salen ya educados Learn More.

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