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No, si la cosa estaba
más o menos clara, tenía que llover. Parece que se va a
convertir en Uso y Costumbre para 2008, primero en el
Catapán y el sábado en el Desencajonamiento.
Y un año
más, no llegamos a tiempo. Así que vimos el camión del
Desencajonamiento, pero nada del acto en sí. Es lo que
tiene el traslado desde Zaragoza, es posible que algo
impida que llegues a la hora. La verdad que este año la
cosa ha estado pelín deslucida. El sol, el calorcete
ayudan a que la fiesta sea más intensa. Pero, este año
ha tocado agua, mucha agua, barro mucho barro.
Los toros pintan bien.
Parecen bravos y con casta (es lo que he leído, y creo
que es cierto), en el Lavalenguas lo veremos. Por lo
demás, toretes ajenos a la juerga, el día ha
transcurrido con más agua que vino y cervezas. Cobijados
por los toldos, paraguas, chubasqueros de los chinos o a
pelo embarrado, la fiesta se ha centrado en los
chiringuitos, alguna que otra "pelea" en el barro y en
el puesto de los bocatas de la Asociación de Interpeñas.
Pocos más. El diluvio se ha cebado con los allí
presentes, que mitigamos el exceso de agua con dosis de
kalimotxo o cerveza o bailando bajo los paraguas.
Nosotros nos hemos rendido enseguida, la cámara de fotos
todavía no es subacuática y no hay presupuesto para una
nueva.
Una recomendación,
para los que no lo sepan, claro. Han reabierto un bar,
El Capote, impresionante la colección de fotos
sanjuaneras. Merece la pena entrar a verlas. Nos es
publicidad, es que es lo más parecido a un museo de los
Sanjuanes.
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