Soria, 06/06/2010

Desde primera hora de la mañana, un goteo constante de sanjuaneros de Soria y de fuera de la provincia fue llegando a los chiringuitos y corrales de Cañada Honda. A la vez, los caballistas y mozos a pie lograban encerrar a 10 de los 12 novillos. En uno de los primeros intentos, se pudo encerrar a ocho toros de una sola vez. Un poco más tarde, fueron dos los que entraron en los toriles de los corrales de Cañada Honda. Sólo dos de los toros sanjuaneros se negaron a quedar encerrados, poniendo en apuros a los caballistas al investir a los propios mansos e hiriendo a unos de los caballos. Al final, se decidió que se quedaran por la pradera a su libre albedrío.

Según iba avanzando la jornada, los chiringuitos se poblaban de cientos de sanjuaneros deseosos de fiestas. Los coches comenzaban a llenar los rincones del monte y las filas de los autobuses en el Rincón de Becquer iban en aumento.  El calor acompañaba y hacía que las ganas de fiesta y de refrescarse fueran en aumento.

Llegaron las 19h y las rocas, muros y miradores, que rodean la pradera y los corrales de Cañada Honda, se llenaron de personas que esperaban ver en acción a los novillos que protagonizarán la Saca 2010. No hubo mucha emoción ya que los toros apenas hicieron intención de envestir a los recortadores y mozos que esperaban uno a unos a los novillos. Ninguna cogida de gravedad y apenas sustos con unos toros que enseguida buscaban el barro y la sombra y apenas hacían caso a la gente que les citaba. Los Jurados pudieron comprobar la bravura de los astados y eligieron qué toro "comprarán" para su Cuadrilla el próximo domingo en la fiesta de la Compra.

Una vez los toros sueltos de nuevo, los sanjuaneros se repartieron por los chiringuitos y por el resto de Valonsadero para preparar las meriendas de rigor o simplemente para continuar con la juerga. Pero la lluvia decidió hacer acto de presencia a última hora de la tarde. Una tremenda tromba de agua apagó parrilladas, desmontó mesas con merienda a toda prisa y apretó a los miles de sanjuaneros de Cañada Honda, bajo las lonas de los chiringuitos y cualquier lugar que sirviera de refugio. Pero ni toda el agua que cayó en pocos minutos ni el barro enfriaron las ganas de celebración de los allí congregados, sino que aún animó a muchos a continuar con la fiesta jugando en el lodo y alargando la jornada de fiesta hasta altas horas de la madrugada.

Acabó el Lavalenguas 2010 con un enorme atasco a la salida de Valonsadero y 96 atendidos por los servicios médicos, ninguno por asta de toro, de los cuales 6 debieron ser trasladados al hospital de Soria.

Soria y los sanjuaneros aguardan con impaciencia la llegada del próximo domingo, en el que se celebrará el tradicional festejo de la Compra, última de las fiestas previas sanjuaneras.